Lo que hace un líder con su equipo de trabajo

Escribe Mónica Fernández Ruiz, Coach para el desarrollo del talento en las organizaciones y Directora de RRHH en un centro especial de trabajo

Todo gran líder debe saber desarrollar a sus personas y hacer funcionar de manera perfecta a sus equipos de trabajo.

En este artículo quiero darte una visión global del papel del líder en el desarrollo de los equipos de trabajo. Vamos a ver en profundidad las 10 funciones que desarrolla el líder del equipo en su día a día para conseguir una plena cohesión de las personas, un compromiso y una motivación excelentes.

1. Generar confianza.
Necesitas que tu equipo te siga, que crea en ti y para ello necesitas trabajar la confianza. Cuando hay confianza entre las personas es cuando se pueden construir grandes cosas que perduran en el tiempo.

2. Definir roles y tareas.
Los roles y las tareas deben estar muy bien definidos desde el principio para que no haya lugar a confusiones que pueden acabar en conflictos. Deben saber exactamente cuál es su papel, su aportación al grupo y cuales sus tareas a realizar.

3. Expectativas claras y retos alcanzables.
Lo que cada parte espera del otro es lo que llamamos expectativas. Es necesario que se conozcan y que se adecuen a la realidad, tanto para el trabajador como para la empresa.

Los retos, los objetivos que debe alcanzar la persona deben estar hechos a su medida. Si están muy por debajo de lo que la persona puede dar pronto se aburrirá y su motivación decaerá, pero si están muy por encima de lo que puede alcanzar su nivel de estrés aumentará demasiado y acabará dejando la organización o desentendiéndose del objetivo.

4. Involucrar a las personas.
Las personas necesitan sentirse parte del grupo y que su aportación se tiene en cuenta, por eso necesitamos involucrar a nuestras personas en la definición de todo aquello que tenga que ver con el área a la que se pertenece. Vamos a involucrarlas en la creación de los objetivos, las estrategias, la manera de hacer, etc. Con esto consigues que las personas sean parte real del equipo y que su compromiso sea verdadero con la empresa. Si solo “mandas” y no les haces partícipes siempre seguirán actuando a ese nivel, un nivel básico donde tú me dices lo que tengo que hacer y yo lo hago porque tú eres mi jefe. No hay compromiso, no hay alma.

5. Libertad y responsabilidad.
Las personas son personas y no te pertenecen por mucho que haya un contrato de trabajo entre ambos. Debes conseguir un contrato emocional donde la persona realmente esté porque quiere estar. Para eso necesitas soltar a las personas, darles libertad de actuación y confiar en ellas. La persona, a la vez, es responsable de la consecución de sus objetivos y de realizar las tareas a las que se comprometió ella misma. Cuando dotamos de libertad total a la persona unido a unos objetivos y un compromiso la persona tiene todos los componentes que necesita para afrontar el día lleno de energía y crear grandes resultados para la organización.

6. Propicia la toma de decisiones.
Cuando las personas somos responsables de conseguir nuestros objetivos y sentimos que lo que hacemos tiene un valor necesitamos tomar decisiones. Puede que no siempre sean las correctas, pero al final, ¿Quién toma siempre decisiones correctas sin equivocarse nunca? Permite a tus personas que tomen sus propias decisiones y que se equivoquen, no pasa nada, es la mejor manera de crecer.

7. Crea una jerarquía plana la mayor parte del tiempo.
Necesitas un equipo que te sume, que te ayude a conseguir aquello por lo que trabajáis, y para ello necesitas escucharlos de tú a tú y luego, juntos, crear. De esta forma creas confianza y proximidad, enseñas e inspiras con el ejemplo, y te vuelves alguien real para ellos.

Es verdad que hay momentos en los que es importante que exista esa jerarquía piramidal clásica y tu equipo será el primero que así lo quiera, cuando haya que desencallar un problema con un cliente y/o proveedor, o cuando en un momento se necesite a alguien que tome una decisión muy rápida, pero el resto del tiempo te necesitan con ellos.

8. Actitud positiva.
Las emociones se contagian, supongo que ya lo habrás oído alguna vez, y justo por ese motivo necesitas tener una vibración elevada, una gran actitud antes la vida y los retos que se presenten. Tu gente te mira a ti y tú debes estar a la altura.

“Los líderes destacados hacen hasta lo imposible por elevar la autoestima de su personal. Si la gente cree en sí misma, es increíble lo que pueden lograr.” Sam Walton, fundador de la mayor cadena de tiendas minoristas del mundo Walmart

9. Reconocimiento.
Cuando reconocemos el trabajo bien hecho culminamos un proceso y cerramos el ciclo positivo del desarrollo de personas y de equipos. Con él la persona quiere volver a hacerlo, y lo intentará de nuevo en otro reto, en otro objetivo y lo hará todavía mejor.

10. Buena comunicación.
La comunicación es básica en todo tipo de relaciones y en un equipo de trabajo es un pilar fundamental. Un gran líder sabe escuchar y leer el lenguaje no verbal de cada miembro de su equipo porque los conoce ya que se ha preocupado de hacerlo. De esta manera es capaz de anticiparse a sus problemas y necesidades.

Hemos visto cada una de las funciones de un gran líder dentro de un equipo, y al final todo se reduce a ser una gran persona y tener un sano cariño por cada uno de los miembros de tu equipo, creer en ellos y darles el valor que realmente tienen.

Cuando vemos así a las personas tenemos lo más importante hecho, luego solo faltan pequeños detalles que se aprenden fácilmente si de verdad te importan tus personas.

Sé un gran líder, sé una gran persona y forma parte de este cambio positivo que ya se está dando en la manera de gestionar a las personas en las empresas.

Por un mundo mejor, empresas con alma.

(*) Mónica Fernández Ruiz: Coach para el desarrollo del talento en las organizaciones y Directora de RRHH en un centro especial de trabajo.